martes, 15 de diciembre de 2015

Análisis: El diablo viste de Prada

Título: El diablo viste de Prada
Director: David Frankel
Año: 2006
Tema: comedia dramática

Sinopsis: Andrea es una periodista recién salida de la universidad que encuentra trabajo en la revista de moda más prestigiosa de Nueva York, Runway, como asistente personal junior de Miranda Priestly, la editora en jefe. A pesar de no estar interesada en la moda, acepta el trabajo porque un año en Runway le permitirá acceder a cualquier puesto de periodista que desee en otro medio, debido al prestigio de la revista. Las exigencias de su jefa le impiden dedicar tiempo a su vida privada, por lo que sus relaciones de amistad y de pareja se ven afectadas, hasta el punto de romper con su novio. 

Con ayuda de Nigel, el director de arte de la revista, y del escritor Christian Thompson, Andrea va progresando en su trabajo y acaba acompañando a Miranda a la semana de la moda de París en lugar de Emily, viaje que ésta última llevaba deseando todo el año. Durante ese viaje, Andrea se da cuenta de que ha cambiado y que ha dejado de ser ella misma y deja su trabajo. Finalmente, le regala a Emily toda la ropa que adquirió en París y logra un trabajo en el diario New York Mirror con la recomendación de Miranda.

Personajes relacionados con la profesión periodística o comunicativa:

Andrea “Andy” Sachs es una periodista recién graduada. Es inocente, inexperta, amable, insegura y sencilla, y no tiene un carácter muy fuerte. Empieza a trabajar en la revista Runway como asistente personal junior de Miranda Priestly, “un empleo por el que miles de chicas matarían”, a pesar de no gustarle la moda y no conocer nada sobre la revista, porque eso le permitirá acceder a cualquier otro trabajo como periodista. Su trabajo como asistente consiste en contentar a Miranda en todas sus demandas y adelantándose a sus deseos.

Al principio es muy torpe y se muestra cínica respecto a la industria de la moda, pero conforme Nigel va ayudándola y empieza a vestir mejor y a sentirse más integrada en la redacción, va ganando confianza y hace mejor su trabajo. En consecuencia, dedica demasiado tiempo a su trabajo, contestando llamadas de Miranda a horas intempestivas y atendiendo a todas sus excentricidades; por ello sus amigos se enfadan y su novio acaba rompiendo con ella por haber cambiado, ser una esclava de su trabajo y no dedicar tiempo a su relación.


Miranda Priestly, es la editora en jefe de Runway. Es fría, distante, altiva, muy dedicada a su trabajo, exigente, orgullosa y temida. El personaje recuerda a Anna Wintour, la mítica editora de Vogue. Ella toma las decisiones sobre todo lo que se incluye en la revista, tiene unos amplios conocimientos sobre moda e instinto para la misma. Su influencia es tal que, con sólo fruncir los labios, los diseñadores rehacen sus colecciones para satisfacerla.

Es calculadora y no duda en hacer lo que sea necesario para mantener la calidad de la revista y para mantenerse en su puesto, traicionando a sus empleados si es necesario. Tampoco muestra aprecio hacia sus asistentes, las presiona y les priva de su identidad llamándolas a todas por el mismo nombre, tal vez un signo de su deseo de mantener su imagen de frialdad y superioridad y una forma de mantener la supeditación de sus empleadas. Aunque al final de la película se ve que, a su manera, sí siente aprecio hacia Andrea.


Emily Charlton es la asistente personal principal de Miranda. Es cínica, trabajadora y resignada a hacer sacrificios para lograr mantener su puesto. Le encanta la moda y su objetivo es impresionar a Miranda para que ésta la elija para acompañarla a la semana de la moda de París. Por eso, vive estresada y no tiene vida privada, ya que dedica toda su energía a su trabajo. Parece como si cada día intentase convencerse a sí misma de que ése es su trabajo soñado y que al final todo el sufrimiento habrá merecido la pena.

Al principio se muestra exigente con Andrea y desprecia su nulo sentido de la moda, pero la ayuda para que su trabajo no se vea perjudicado por la torpeza de ésta. Mantiene una actitud altiva para con Andrea, dejando claro que ella es la asistente principal y la que acompañará a Miranda a París. Sin embargo, entre la presión, el estrés, la obsesión con mantenerse delgada y un resfriado, su eficacia en el trabajo flaquea, inclinando la balanza hacia Andrea; la decisión se hace definitiva cuando Emily es atropellada y hospitalizada. A pesar de su indignación, sigue trabajando para Miranda en las mismas condiciones y se reconcilia con Andrea cuando ésta le regala toda la ropa que ha traído de París.


Nigel es el director de arte de Runway. Es sarcástico, tiene experiencia y confianza en su trabajo, y sabe enfrentarse a los problemas, contratiempos y estrés que supone trabajar en Runway, aunque también sacrifica su vida privada para ello. Es un personaje de apoyo, está bastante estereotipado como el típico gay sarcástico apasionado por la moda.

Su función en la película es contribuir a la historia Andrea: es el primero que la ayuda y la guía, no sin criticarla de forma socarrona; y hacia el final de la película sirve para que Andrea se dé cuenta de que Miranda es capaz de traicionar a cualquiera y que ella no quiere ser así. Esto se ve no sólo en lo estereotipado que está –aunque en esta película todos los personajes están un poco estereotipados–, sino también en que no tiene ni apellido.

Conclusiones:

Esta película refleja, tal vez de forma un poco exagerada, los problemas a los que se enfrentan los periodistas novatos: tienen dificultad para encontrar empleo, sienten que la única forma de mantener su puesto es “aguantar” y resignarse a esa explotación, y debido a esa presión tienen problemas para compaginar sus relaciones personales con su trabajo.


También muestra las relaciones entre editores y asistentes, relaciones de poder claramente desequilibradas. Pueden parecer estereotipadas y exageradas, pero la industria de la moda la recibió muy bien. La editora de la versión estadounidense de Marie Claire, Joanna Coles, afirmó que la película “es fiel en su comprensión de la relación entre el editor en jefe y el asistente”.

Se trata, además, de una película transgresora en cuestión de género: la historia se centra en mujeres y son los hombres los que hacen que avance la historia de las mujeres; en la mayoría de las películas esto suele suceder al revés. Y no se trata sólo de que un personaje secundario haga que avance la historia del protagonista, algo habitual, sino que son deliberadamente hombres los que sirven de apoyo a las mujeres.

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