martes, 29 de septiembre de 2015

Cuestión de perspectiva

Las imágenes son evidencias. En una información, las palabras se escogen para contar los hechos de una determinada manera. El enfoque puede estar contaminado por la ideología del periodista o del medio. Pero las imágenes… fotos trucadas y Photoshop aparte, las imágenes nos muestran lo que ha pasado. No nos lo está contando un intermediario, no es una interpretación de los hechos, sino que lo estamos viendo con nuestros propios ojos. Una imagen, no estando trucada, no nos puede engañar. ¿O sí?

Por poner un ejemplo reciente: un padre con su hijo a cuestas huye de la policía, corriendo tan desesperadamente que se tropieza y cae el suelo. Ahora bien, la cosa cambia cuando la cámara se aleja y vemos que ese hombre está en el suelo porque una reportera le ha puesto la zancadilla. Es decir, la realidad visible es que el hombre ha caído, pero eso no es noticia; lo que hay que comprender, el valor informativo, es por qué ha caído. Para ello es necesario conocer el contexto, que es, precisamente, lo que depende de la perspectiva de la cámara.

Fuente: cibersurvenezuela.blogspot.com.es



El fotógrafo, o el operario de cámara, decide dónde se coloca, a qué enfoca, qué deja fuera de la imagen, qué momento exacto muestra. No con la intención de manipular (aunque también se puede dar el caso), sino porque simplemente es imposible mostrarlo todo. Así pues, las imágenes también se construyen: una imagen no es la realidad, sino una representación de una parte de la realidad. Se podrían hacer multitud de representaciones diferentes.

En su artículo Fotografías que mienten, Borja Ventura muestra y explica diversas ocasiones en las que algunas imágenes muestran una versión de la realidad un tanto parcial. Desde tocar la fibra sensible del espectador mostrando tragedias que no son tales, hasta relacionar el terrorismo con una manifestación que nada tenía que ver con ello, todo es posible si se elige el enfoque adecuado.