Las imágenes son evidencias. En
una información, las palabras se escogen para contar los hechos de una
determinada manera. El enfoque puede estar contaminado por la ideología del
periodista o del medio. Pero las imágenes… fotos trucadas y Photoshop aparte, las
imágenes nos muestran lo que ha pasado. No nos lo está contando un intermediario,
no es una interpretación de los hechos, sino que lo estamos viendo con nuestros
propios ojos. Una imagen, no estando trucada, no nos puede engañar. ¿O sí?
Por poner un ejemplo reciente: un
padre con su hijo a cuestas huye de la policía, corriendo tan desesperadamente
que se tropieza y cae el suelo. Ahora bien, la cosa cambia cuando la cámara se
aleja y vemos que ese hombre está en el suelo porque una reportera le ha puesto
la zancadilla. Es decir, la realidad visible es que el hombre ha caído, pero
eso no es noticia; lo que hay que comprender, el valor informativo, es por qué
ha caído. Para ello es necesario conocer el contexto, que es, precisamente, lo
que depende de la perspectiva de la cámara.
Fuente: cibersurvenezuela.blogspot.com.es |
El fotógrafo, o el operario de cámara,
decide dónde se coloca, a qué enfoca, qué deja fuera de la imagen, qué momento
exacto muestra. No con la intención de manipular (aunque también se puede dar
el caso), sino porque simplemente es imposible mostrarlo todo. Así pues, las
imágenes también se construyen: una imagen no es la realidad, sino una
representación de una parte de la realidad. Se podrían hacer multitud de
representaciones diferentes.