viernes, 18 de diciembre de 2015

La responsabilidad de los medios

En esta conferencia, David Puttnam, director de cine y político laborista, habla sobre la responsabilidad de los medios para con los ciudadanos y la compara con el “deber de cuidado”. En derecho, ese término hace referencia a una obligación legal que requiere que un sujeto aplique un mínimo estándar de cuidado o precaución si prevé que sus actividades pueden dañar a otros de alguna manera.

Puttnam se basa en una encuesta de la Sociedad Hansard, una organización no partidista defensora de la democracia, que indica que los lectores de los tabloides tienen una visión de la política mucho más negativa incluso que quienes no leen ningún periódico. Es decir, alude a la responsabilidad de los medios para mantener tanto la democracia como la participación ciudadana en la política.

Esta responsabilidad, sin embargo, se puede hacer extensible a muchos otros ámbitos, no simplemente a la política: educación, igualdad, cultura, tolerancia… Los medios no sólo representan la realidad, sino que influyen en ella y contribuyen a la configuración de los valores de la sociedad y sus percepciones sobre el mundo. Así pues, los mensajes construidos desde la profesionalidad, la responsabilidad y la fidelidad a unos valores, y no al servicio de intereses económicos (crear espectáculo, ganar audiencia fácil), influirán de manera positiva en la sociedad.

La espiral del silencio y los medios

La teoría de la espiral del silencio fue propuesta por Elisabeth Noelle-Neumann en 1977. Se trata de un fenómeno de silencio informativo que sucede cuando una idea gana apoyos, ayudada por los medios, en detrimento de ideas contrarias.

Neumann propone que cuando los individuos creen que su opinión es minoritaria se autocensuran por miedo a ser aislados por sus creencias. Podemos pensar en este caso en el relato infantil “El traje nuevo del emperador”: nadie se atreve a decir que el emperador va desnudo por temor a ser considerados tontos.

Por otra parte, quienes piensan que su punto de vista es mayoritario tratan de silenciar las opiniones contrarias, por lo que esa opinión se va percibiendo cada vez con menos peso. Cabe destacar que se trata de percepciones, no de realidades: la opinión pública percibida no tiene por qué corresponderse con la opinión real de los individuos.

Cuando las personas que tienen opiniones similares no las expresan por temor, las ideas pierden apoyo y se percibirán cada vez como más minoritarias, entrando así en una espiral; de ahí el nombre.

Fuente: http://www.investigacionengestiondeportiva.es/apadrina-a-un-deportista-la-espiral-del-silencio/

Los medios juegan un papel fundamental en este proceso, y es que guían la opinión de los espectadores. Los medios resaltan, si no qué hay que opinar, sobre qué temas hay que hacerlo. Destacan noticias, las clasifican, las ordenan, les conceden tiempo, espacio y cobertura en función de la importancia que les merecen… De esta manera, los medios van configurando la opinión pública.

No se trata de coincidencias ni de descuidos. Los medios tienen sus patrocinadores, sus intereses, sus propias ideologías, etc. En función de eso se configuran los códigos éticos, los manuales de estilo y las órdenes del día. Todos los mensajes están construidos: bien tratando de representar la realidad de la manera más realista posible (si el nivel de profesionalidad es alto); bien tratando de influir en el espectador, oyente o lector con algún fin. Y esto puede servir también para desacreditar ideas: si un punto de vista no aparece en los medios, pierde visibilidad y se percibe como minoritario, aunque no lo sea.

De presentadoras a malas amas de casa

Escribiendo la entrada anterior me ha venido a la memoria el anuncio que la cadena de televisión France 3 hizo como homenaje a sus presentadoras y que retiró tan sólo unos días después por las acusaciones de sexismo. El anuncio, publicado el pasado 2 de octubre en la cuenta de Twitter de la cadena, pretendía ser una reivindicación de la inclusión de las mujeres en la cadena, pero resultó ser un mensaje más bien sexista.

En el vídeo se ven una cocina y una plancha incendiándose, una habitación infantil muy desordenada, rollos de papel vacío en el sueño del baño, un perro a la espera de ser sacado a pasear y un armario en el que falta un par de zapatos de tacón. “Ellas están en France 3. La mayoría de nuestros presentadores son presentadoras”, concluye.



Como si el que una mujer trabaje fuera de casa implicara que la casa se convierta en un desastre. Como si fuera la mujer la única que se ocupa de las tareas del hogar. En vez de mostrar a sus presentadoras como buenas profesionales, las representa como malas amas de casa. Cabe preguntarse también si detrás de ese spot, además de creativos, había creativas.

Al parecer, la directora de la cadena, Delphine Ernotte, no había visto el anuncio antes de su publicación, e incluso algunos creativos tenían sus reservas. El por qué se lanza un spot corporativo sin la aprobación de la directora de la cadena escapa a mi entendimiento. En un periódico no se publica un editorial a espaldas del director.

Un anuncio de esas características conlleva mucha preparación, ya que la imagen de la cadena está en juego. Algunos creativos tenían sus dudas respecto al spot, sí, pero ¿nadie vio que se estaba lanzando un mensaje completamente opuesto al que se pretendía dar? ¿O les dio igual? En este caso no se trata de una lectura oposicional realizada por el espectador, sino de un fallo en la construcción del mensaje. Un fallo que se podía haber evitado con una supervisión adecuada y, me atrevo a añadir, incluyendo a más mujeres en el proceso creativo, y no sólo como presentadoras.

Lo que las periodistas callan

Este artículo con el mismo título publicado en Pikara Magazine pone de relieve las dificultades que encuentran las periodistas en su trabajo por el mero hecho de ser mujeres. En él se relatan las experiencias de varias periodistas que a lo largo de su carrera han sufrido acoso o discriminación o han visto menospreciado su trabajo.

Si bien algunas de las situaciones que se describen podrían suceder en cualquier sector y son un problema de la sociedad en general y no del periodismo en particular (el acoso sexual no es exclusivo de las redacciones), hay algunos elementos que me parecen destacables.

Por ejemplo, se afirma que a las mujeres se les exige un aspecto físico más cuidado que a los hombres. Según datos del Proyecto de Monitoreo Global de Medios realizado en 2015, todas las presentadoras de las noticias analizadas en televisión tienen entre 35 y 49 años, mientras que en el caso de los presentadores el 97% tienen entre 50 y 64 años.

Estas cifras sugieren que a las mujeres se las valora más por su aspecto físico, mientras que a los hombres se les valora por su experiencia. Esto contribuye a menospreciar la experiencia y las capacidades de las periodistas y las sitúa más como una “cara bonita” que como profesionales. Y, dado que los medios son una referencia e influyen en la vida cotidiana, de esa manera se contribuye a trasladar esa visión de las mujeres como deleite visual u objeto de deseo también en otros ámbitos.

El artículo relata también cómo un antiguo jugador de fútbol, el “Loco Gati”, en pleno directo, le espetó a una periodista deportiva “No sabes lo que es una pelota, ¡andá a lavar los platos!”. Y no quedó ahí, sino que él siguió defendiendo su discurso sexista. Más grave incluso me parece el intento del presentador de excusarle, sin éxito, diciendo que tan sólo había intentado hacer una broma. Únicamente la insistencia del “Loco” en que hablaba completamente en serio hace que el presentador le diga, abochornado y tímidamente, que ya es suficiente.

En vez de reprimir esa falta de respeto hacia su compañera y ese insulto hacia todas las mujeres, primero lo excusa y después lo esconde debajo de la alfombra, restándole importancia. Una vez más, la audiencia recibe el mensaje de que actitudes como esa son “bromas” o no son tan graves.

Por último, me parece destacable la solución sugerida en el artículo, que pasa por la educación. A su propuesta de una asignatura sobre perspectiva de género en la carrera de periodismo, añadiría también una mejor educación en ese aspecto desde los colegios. Una actitud sexista no nace de la nada y no es tan fácil corregirla cuando la personalidad ya está formada. También sería necesario que los medios predicasen con el ejemplo, creando códigos éticos que contemplaran cómo solventar situaciones en las que se acose o se discrimine a las personas, tanto fuera como dentro de la pantalla.

martes, 15 de diciembre de 2015

Análisis: El diablo viste de Prada

Título: El diablo viste de Prada
Director: David Frankel
Año: 2006
Tema: comedia dramática

Sinopsis: Andrea es una periodista recién salida de la universidad que encuentra trabajo en la revista de moda más prestigiosa de Nueva York, Runway, como asistente personal junior de Miranda Priestly, la editora en jefe. A pesar de no estar interesada en la moda, acepta el trabajo porque un año en Runway le permitirá acceder a cualquier puesto de periodista que desee en otro medio, debido al prestigio de la revista. Las exigencias de su jefa le impiden dedicar tiempo a su vida privada, por lo que sus relaciones de amistad y de pareja se ven afectadas, hasta el punto de romper con su novio. 

Con ayuda de Nigel, el director de arte de la revista, y del escritor Christian Thompson, Andrea va progresando en su trabajo y acaba acompañando a Miranda a la semana de la moda de París en lugar de Emily, viaje que ésta última llevaba deseando todo el año. Durante ese viaje, Andrea se da cuenta de que ha cambiado y que ha dejado de ser ella misma y deja su trabajo. Finalmente, le regala a Emily toda la ropa que adquirió en París y logra un trabajo en el diario New York Mirror con la recomendación de Miranda.

Personajes relacionados con la profesión periodística o comunicativa:

Andrea “Andy” Sachs es una periodista recién graduada. Es inocente, inexperta, amable, insegura y sencilla, y no tiene un carácter muy fuerte. Empieza a trabajar en la revista Runway como asistente personal junior de Miranda Priestly, “un empleo por el que miles de chicas matarían”, a pesar de no gustarle la moda y no conocer nada sobre la revista, porque eso le permitirá acceder a cualquier otro trabajo como periodista. Su trabajo como asistente consiste en contentar a Miranda en todas sus demandas y adelantándose a sus deseos.

Al principio es muy torpe y se muestra cínica respecto a la industria de la moda, pero conforme Nigel va ayudándola y empieza a vestir mejor y a sentirse más integrada en la redacción, va ganando confianza y hace mejor su trabajo. En consecuencia, dedica demasiado tiempo a su trabajo, contestando llamadas de Miranda a horas intempestivas y atendiendo a todas sus excentricidades; por ello sus amigos se enfadan y su novio acaba rompiendo con ella por haber cambiado, ser una esclava de su trabajo y no dedicar tiempo a su relación.


Miranda Priestly, es la editora en jefe de Runway. Es fría, distante, altiva, muy dedicada a su trabajo, exigente, orgullosa y temida. El personaje recuerda a Anna Wintour, la mítica editora de Vogue. Ella toma las decisiones sobre todo lo que se incluye en la revista, tiene unos amplios conocimientos sobre moda e instinto para la misma. Su influencia es tal que, con sólo fruncir los labios, los diseñadores rehacen sus colecciones para satisfacerla.

Es calculadora y no duda en hacer lo que sea necesario para mantener la calidad de la revista y para mantenerse en su puesto, traicionando a sus empleados si es necesario. Tampoco muestra aprecio hacia sus asistentes, las presiona y les priva de su identidad llamándolas a todas por el mismo nombre, tal vez un signo de su deseo de mantener su imagen de frialdad y superioridad y una forma de mantener la supeditación de sus empleadas. Aunque al final de la película se ve que, a su manera, sí siente aprecio hacia Andrea.


Emily Charlton es la asistente personal principal de Miranda. Es cínica, trabajadora y resignada a hacer sacrificios para lograr mantener su puesto. Le encanta la moda y su objetivo es impresionar a Miranda para que ésta la elija para acompañarla a la semana de la moda de París. Por eso, vive estresada y no tiene vida privada, ya que dedica toda su energía a su trabajo. Parece como si cada día intentase convencerse a sí misma de que ése es su trabajo soñado y que al final todo el sufrimiento habrá merecido la pena.

Al principio se muestra exigente con Andrea y desprecia su nulo sentido de la moda, pero la ayuda para que su trabajo no se vea perjudicado por la torpeza de ésta. Mantiene una actitud altiva para con Andrea, dejando claro que ella es la asistente principal y la que acompañará a Miranda a París. Sin embargo, entre la presión, el estrés, la obsesión con mantenerse delgada y un resfriado, su eficacia en el trabajo flaquea, inclinando la balanza hacia Andrea; la decisión se hace definitiva cuando Emily es atropellada y hospitalizada. A pesar de su indignación, sigue trabajando para Miranda en las mismas condiciones y se reconcilia con Andrea cuando ésta le regala toda la ropa que ha traído de París.


Nigel es el director de arte de Runway. Es sarcástico, tiene experiencia y confianza en su trabajo, y sabe enfrentarse a los problemas, contratiempos y estrés que supone trabajar en Runway, aunque también sacrifica su vida privada para ello. Es un personaje de apoyo, está bastante estereotipado como el típico gay sarcástico apasionado por la moda.

Su función en la película es contribuir a la historia Andrea: es el primero que la ayuda y la guía, no sin criticarla de forma socarrona; y hacia el final de la película sirve para que Andrea se dé cuenta de que Miranda es capaz de traicionar a cualquiera y que ella no quiere ser así. Esto se ve no sólo en lo estereotipado que está –aunque en esta película todos los personajes están un poco estereotipados–, sino también en que no tiene ni apellido.

Conclusiones:

Esta película refleja, tal vez de forma un poco exagerada, los problemas a los que se enfrentan los periodistas novatos: tienen dificultad para encontrar empleo, sienten que la única forma de mantener su puesto es “aguantar” y resignarse a esa explotación, y debido a esa presión tienen problemas para compaginar sus relaciones personales con su trabajo.


También muestra las relaciones entre editores y asistentes, relaciones de poder claramente desequilibradas. Pueden parecer estereotipadas y exageradas, pero la industria de la moda la recibió muy bien. La editora de la versión estadounidense de Marie Claire, Joanna Coles, afirmó que la película “es fiel en su comprensión de la relación entre el editor en jefe y el asistente”.

Se trata, además, de una película transgresora en cuestión de género: la historia se centra en mujeres y son los hombres los que hacen que avance la historia de las mujeres; en la mayoría de las películas esto suele suceder al revés. Y no se trata sólo de que un personaje secundario haga que avance la historia del protagonista, algo habitual, sino que son deliberadamente hombres los que sirven de apoyo a las mujeres.

Mujeres en los medios

En este vídeo, Megan Kamerik, presidenta de JAWS (Journalism and Women Symposium, o Simposio de Mujeres Periodistas), habla sobre la importancia de las mujeres en el periodismo; tanto participando como fuentes de información, como en su labor de profesionales de la información.


Kamerik se apoya en datos del Proyecto Global de Monitoreo de los Medios (GMMP), realizado por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) en 2010.  Según ese estudio, las mujeres son el sujeto de sólo el 24% de las noticias, cifra que se ha mantenido en el estudio que han realizado en 2015. Además, desempeñan un papel central en sólo el 10% de los casos, tres puntos menos que en 2010.

Una explicación a la falta de representación en los medios se encuentra en la falta de mujeres en las redacciones. Nuevamente según datos del GMMP, las mujeres forman tan sólo el 37% del personal de redacciones y corresponsales de radio, periódicos y televisión. En el caso de Europa, esta cifra se sitúa en un 41%.

Y lo que puede ser aún más perjudicial: suelen ser hombres quienes redactan las noticias sobre mujeres, lo que agrava el sesgo de género. Kamerik ofrece ejemplos de noticias sobre violaciones en las que se tiende a culpabilizar a las víctimas y a restarle importancia al delito.

En cualquier historia es importante conocer y ofrecer todos los puntos de vista, para que la noticia sea lo más completa posible y refleje la realidad con exactitud. Por eso es fundamental incluir también fuentes femeninas, especialmente en noticias que tienen que ver con mujeres. Para ello en ocasiones es imprescindible que la periodista sea una mujer.

En países árabes, por ejemplo, un periodista no podría acceder al ámbito privado de las mujeres, por lo que quedarían completamente excluidas de su historia. No sería posible conocer las vivencias de las mujeres durante las guerras (y no es pequeño el conflicto actual en los países árabes) sin la presencia de periodistas mujeres.

No se trata de una exclusión accidental, sino de un acto consciente. Un medio decide a qué periodista asigna la noticia; y éste decide qué enfoque darle, a qué fuentes acudir, qué importancia darle a cada dato, etc. Los datos reflejan que los periodistas son menos propensos a acudir a fuentes femeninas que las periodistas. Así pues, para que los medios no ofrezcan una imagen distorsionada o sesgada de la realidad, es imprescindible que cuenten con mujeres, tanto dentro como fuera de las redacciones.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

7D: el debate, los análisis y los memes

Es la primera vez que en España se realizan debates entre más de dos candidatos a la presidencia. Por eso, dada la compleja situación electoral actual y la eficaz promoción realizada por Atresmedia, no es de extrañar que “El debate decisivo” fuera un éxito de audiencias. Más de 9,2 millones de espectadores vieron el programa, y éste obtuvo un 48,2% de cuota de pantalla, según el grupo Atresmedia.

Ahora bien, en un debate bautizado como decisivo faltaban candidatos. Desde IU, a falta de representación televisiva, llevaron el debate a Twitter con el hashtag #FaltaGarzón, logrando más de 300 000 tuits; mientras que el candidato de UPyD protagonizó una protesta a las afueras del estudio de Atresmedia. La Junta Electoral General ha instado al grupo de comunicación a que establezca medidas compensatorias para estos partidos.

El día después del debate nos deja numerosos análisis, desde los clásicos análisis de vestuario hasta análisis de comunicación no verbal – incluyendo un estudio de expresión facial realizado por un robot. Y no sólo se habla de los representantes de cada partido, sino también de los presentadores: sabemos que Pantone marca como tendencia el color del vestido que llevó Ana Pastor; de Vicente Vallés no se habla tanto. Por supuesto, la estrategia detrás de la ausencia de Rajoy también ha sido objeto de estudio.

Tampoco han faltado los memes. Si bien se han cebado especialmente con la ausencia de Rajoy, no se ha librado nadie. Referencias a los Simpsons, a los Teletubbies y a Jurassic Park, cantos a dúo como Pimpinela… Tal es el ingenio en internet que, en menos de una hora, el error de Iglesias “House Water Watch Cooper” ya tenía página web.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Análisis: The Interview

Título: The Interview

Directores: Seth Rogen y Evan Goldberg

Año: 2014

Tema: comedia, sátira política

Sinopsis: Dave Skylark es el presentador de Skylark Tonight, un programa en el que entrevista a famosos. Junto con Aaron Rapoport, el productor del programa y su amigo, logra una entrevista con Kim Jong-Un en Corea del Norte y la CIA les pide su colaboración para matar al dictador.

Personajes relacionados con la profesión periodística o comunicativa:

Dave Skylark, presentador de Skylark Tonight. Es un hombre de unos 30 años, atractivo y carismático. Su trabajo consiste en elaborar las preguntas, realizar las entrevistas y ser la cara del programa. Se ve que es una persona optimista y que le gusta su trabajo, se divierte realizando entrevistas. Es poco serio y se le acusa, no sin razón, de dedicar su programa exclusivamente al entretenimiento y no realizar entrevistas serias. Está muy seguro de sí mismo y confía también en las capacidades de su productor para lograr que el programa tenga éxito. Hay mucha complicidad entre ellos, aunque estén en desacuerdo en ocasiones.

Aaron Rapoport, productor de Skylark Tonight. Es un hombre de unos 30 años, trabajador y entusiasta con su trabajo. Su trabajo consiste en lograr entrevistas y asegurarse de que el programa tiene éxito. Aparece dispuesto a esforzarse y hacer sacrificios para que el programa triunfe y para lograr sus objetivos. Es más cínico que Dave, pero confía en el carisma del presentador y en sus habilidades para ganarse a la audiencia. Es un apoyo constante para Dave y le anima a evolucionar como periodista y a realizar entrevistas más comprometidas y serias.

Sook-yin Park, jefa de propaganda del régimen. Es una mujer de unos 30 años. Es seria, estricta, trabajadora y con un carácter fuerte. Al principio se muestra que está muy dedicada a su trabajo, consistente en supervisar las comunicaciones y asegurarse de que todo lo que se dice sobre Corea del Norte y su gobierno es favorable para el régimen. Luego se descubre que es contraria a la dictadura de Kim Jong-Un y que quiere mejorar las condiciones de vida de los norcoreanos. Así, aunque el trabajo de jefa de propaganda conlleva manipular y ocultar información, al final contribuye a desenmascarar verdades que el régimen no quiere que se sepan.

Conclusiones:

The Interview es una película que recurre frecuentemente al humor fácil, pero en ella subyace una crítica feroz a la manipulación informativa que realizan los gobiernos y, en general, todos los que tienen poder suficiente para hacerlo. El régimen norcoreano enseña una visión idealizada del país, controla los movimientos de los periodistas y sólo les permite visitar ciertos lugares, y determina qué preguntas deben hacer y qué temas no deben tocar.

Kim Jong-Un enseña su lado más humano para ganarse la confianza del presentador y convencerle de que es un buen hombre, incomprendido por el mundo. En realidad, no es más que otro método de control y manipulación: provoca complicidad y empatía, de modo que el periodista esté más predispuesto a creer los engaños y menos inclinado a hacer preguntas incómodas.

Todas estas técnicas, si bien representadas de forma satírica e incluso rozando el ridículo en algunas ocasiones, son en realidad instrumentos de manipulación mediática muy conocidos por gabinetes de comunicación de empresas y de gobiernos y por agencias de publicidad y comunicación.

Es natural, por supuesto, que todos queramos que se sepan nuestras virtudes y logros, y que nuestros defectos o fallos pasen desapercibidos. Sin embargo, eso dista mucho de lo que se presenta en esta película, que no es más que un reflejo de la realidad. Líderes de gobiernos y grandes empresas, o simplemente personas con cierto poder, toman decisiones o llevan a cabo acciones que afectan negativamente a la sociedad, de cualquier modo; después manipulan a los medios o a los periodistas, o los compran o los silencian, para que la verdad no salga a la luz y poder seguir con sus actividades sin represalias.

Son conocidas las dificultades de los periodistas a la hora de destapar verdades incómodas sobre personas o compañías poderosas: el acceso a la información es complicado e incluso peligroso, no encuentran colaboración, ningún medio quiere publicar ciertas informaciones, se destruye la reputación de algunos periodistas para que no puedan publicar, e incluso se les amenaza, secuestra y asesina. The Interview simplemente satiriza algunas de esas prácticas.

martes, 24 de noviembre de 2015

Cinco mil balas para un hombre

Operación policial en Saint-Denis. Cinco mil balas, para no hacer corto. Resultado: dos terroristas muertos y ocho detenidos.

Los medios ofrecen seguir la operación policial en directo, con información minuto a minuto, para que nadie se pierda el espectáculo. Lo de "presuntos terroristas" no es necesario, nadie cree que no sean culpables. El barrio a vista de pájaro. Imágenes confusas de videoaficionados, no se ve mucho pero se oyen disparos. Balas en la noche. Ruido, estruendo. Un recorrido por el piso en el que se llevó a cabo parte de la operación, con todo lujo de detalles. Daños estructurales, paredes derrumbadas, desconchones por doquier. El espectador puede contar los agujeros de bala en las paredes. Que se vea también cómo a uno de los detenidos se lo llevan descalzo y con el culo al aire.

Todo occidente en vilo. Éxito total.

Tres días después, siete de los ocho detenidos son liberados “sin que trascienda el motivo” (EFE). Sólo permanece detenido el hombre que, al parecer, prestó su piso a quienes cometieron los atentados.

Artículos escuetos en diarios, en su mayoría con información de agencia. Breves reseñas en los informativos televisados. No hay imágenes. No hay motivos, y por ende tampoco análisis de la información. La noticia pasa desapercibida. No vayamos a pensar que han molestado y asustado a todo un vecindario (no olvidemos que no habían avisado a ningún vecino, por si corría la voz y los culpables escapaban), destrozado una vivienda, disparado cinco mil balas y movilizado a todos los medios para finalmente quedarse con un “disculpen las molestias, pueden irse”.

Todo occidente recuerda la espectacular operación. El resultado, a nadie le importa. Éxito total.

Catástrofes, medios y redes sociales

Cuando ocurre algún desastre de gran magnitud (catástrofes naturales, atentados, etc.), obtener información precisa sobre lo ocurrido no suele ser sencillo. En ocasiones los servicios telefónicos no llegan o se colapsan, con centenares de personas intentando contactar con sus seres queridos. En las redacciones de los medios, al darse este tipo de sucesos de improviso, no siempre hay profesionales suficientes para lograr una buena cobertura de los hechos.

En definitiva, por los medios tradicionales es difícil mantener la comunicación y difundir información. Por ello, la tendencia es recurrir a internet y, especialmente, a las redes sociales. Éstas no sólo permiten comprobar si las personas afectadas están a salvo, sino que se convierten en un auténtico canal de información: los testigos comparten sus experiencias, se difunden imágenes y vídeos de lo que ocurre, los propios periodistas informan en sus cuentas de Twitter…

Por supuesto, los medios también ofrecen seguimiento online de la situación, porque la difusión y actualización de los contenidos es inmediata y porque este canal permite además incorporar imágenes, a diferencia de la radio. Y, en muchas ocasiones, se valen de lo que se publica en las redes sociales para añadir información. Ahí es donde empieza el problema.

Al informar minuto a minuto, el tiempo para contrastar informaciones es más bien escaso. Y en las redes sociales, no todo lo que sale a la luz en un momento de emergencia es veraz. Se generan rumores, se comparten imágenes que no corresponden con la realidad (es decir, tomadas en otro momento o lugar), se emiten juicios de valor… Todo eso no puede pasar sin filtro y difundirse como verdad. Algunos medios optan por no emitir la información hasta haberla contrastado adecuadamente, otros apostillan que hay rumores sin confirmar y otros se arriesgan y lo publican tal cual.

Contrastar la información no sólo es parte del trabajo del periodista, sino que es una de sus funciones primordiales. Y es más importante aún su responsabilidad en momentos de emergencia, puesto que el mundo entero (y especialmente las personas afectadas) se vuelve hacia ellos.

lunes, 12 de octubre de 2015

Medios a juicio

A menudo se habla del perjuicio que causan los medios al hablar de crímenes cuando el acusado resulta ser inocente. Por mucho que se usen los términos “presunto” o “presuntamente”, los medios crean opinión pública y, al sólo disponer de la versión de la acusación, la reputación del implicado suele verse dañada.

Mayor impacto tiene este hecho cuando el acusado se enfrenta a un jurado popular. Es el caso de los padres de Asunta Basterra, que tan mediático está siendo recientemente. Cuando se encontró el cuerpo de la niña en 2013 todos los medios se hicieron eco de la noticia e incluso se dio paso a una auténtica guerra de audiencias. Si un medio se centra en ganar la guerra de audiencias, quienes pierden son los espectadores. Y es que, en lugar de buscar la verdad y ofrecer una información de calidad, lo que priman es el morbo.

Ahora que el proceso judicial ha comenzado, los medios parecen haberse centrado en analizar los pormenores del juicio, especialmente las declaraciones de acusados y testigos. Un juicio que se va a llevar a cabo mediante jurado popular; es decir, 9 personas que han estado expuestas a ese “juicio paralelo” mediático, morboso e imparcial, decidirán la culpabilidad o inocencia de los acusados.

Si bien se ha configurado el jurado escogiendo a personas que afirman no haber seguido el caso en los medios, ¿hasta qué punto es posible permanecer ajeno a esa contaminación mediática? Un tema en torno al que se ha originado tal circo mediático acaba saliendo, como poco, en alguna conversación entre familiares o amigos. Por mucho que uno se mantenga al margen, la opinión pública está formada.

No es mi intención defender ni condenar a los acusados. Pero sí lo es poner de relieve lo perjudicial que puede ser convertir un crimen en un instrumento para aumentar la cuota de pantalla. La muerte o el asesinato de un niño siempre va a generar conmoción; pero jugar con ello para ganar audiencia es más que cuestionable. Los medios, por su papel de difusión e interpretación de la información, tienen una responsabilidad social que debería primar en estos casos tan delicados.

martes, 29 de septiembre de 2015

Cuestión de perspectiva

Las imágenes son evidencias. En una información, las palabras se escogen para contar los hechos de una determinada manera. El enfoque puede estar contaminado por la ideología del periodista o del medio. Pero las imágenes… fotos trucadas y Photoshop aparte, las imágenes nos muestran lo que ha pasado. No nos lo está contando un intermediario, no es una interpretación de los hechos, sino que lo estamos viendo con nuestros propios ojos. Una imagen, no estando trucada, no nos puede engañar. ¿O sí?

Por poner un ejemplo reciente: un padre con su hijo a cuestas huye de la policía, corriendo tan desesperadamente que se tropieza y cae el suelo. Ahora bien, la cosa cambia cuando la cámara se aleja y vemos que ese hombre está en el suelo porque una reportera le ha puesto la zancadilla. Es decir, la realidad visible es que el hombre ha caído, pero eso no es noticia; lo que hay que comprender, el valor informativo, es por qué ha caído. Para ello es necesario conocer el contexto, que es, precisamente, lo que depende de la perspectiva de la cámara.

Fuente: cibersurvenezuela.blogspot.com.es



El fotógrafo, o el operario de cámara, decide dónde se coloca, a qué enfoca, qué deja fuera de la imagen, qué momento exacto muestra. No con la intención de manipular (aunque también se puede dar el caso), sino porque simplemente es imposible mostrarlo todo. Así pues, las imágenes también se construyen: una imagen no es la realidad, sino una representación de una parte de la realidad. Se podrían hacer multitud de representaciones diferentes.

En su artículo Fotografías que mienten, Borja Ventura muestra y explica diversas ocasiones en las que algunas imágenes muestran una versión de la realidad un tanto parcial. Desde tocar la fibra sensible del espectador mostrando tragedias que no son tales, hasta relacionar el terrorismo con una manifestación que nada tenía que ver con ello, todo es posible si se elige el enfoque adecuado.