martes, 24 de noviembre de 2015

Cinco mil balas para un hombre

Operación policial en Saint-Denis. Cinco mil balas, para no hacer corto. Resultado: dos terroristas muertos y ocho detenidos.

Los medios ofrecen seguir la operación policial en directo, con información minuto a minuto, para que nadie se pierda el espectáculo. Lo de "presuntos terroristas" no es necesario, nadie cree que no sean culpables. El barrio a vista de pájaro. Imágenes confusas de videoaficionados, no se ve mucho pero se oyen disparos. Balas en la noche. Ruido, estruendo. Un recorrido por el piso en el que se llevó a cabo parte de la operación, con todo lujo de detalles. Daños estructurales, paredes derrumbadas, desconchones por doquier. El espectador puede contar los agujeros de bala en las paredes. Que se vea también cómo a uno de los detenidos se lo llevan descalzo y con el culo al aire.

Todo occidente en vilo. Éxito total.

Tres días después, siete de los ocho detenidos son liberados “sin que trascienda el motivo” (EFE). Sólo permanece detenido el hombre que, al parecer, prestó su piso a quienes cometieron los atentados.

Artículos escuetos en diarios, en su mayoría con información de agencia. Breves reseñas en los informativos televisados. No hay imágenes. No hay motivos, y por ende tampoco análisis de la información. La noticia pasa desapercibida. No vayamos a pensar que han molestado y asustado a todo un vecindario (no olvidemos que no habían avisado a ningún vecino, por si corría la voz y los culpables escapaban), destrozado una vivienda, disparado cinco mil balas y movilizado a todos los medios para finalmente quedarse con un “disculpen las molestias, pueden irse”.

Todo occidente recuerda la espectacular operación. El resultado, a nadie le importa. Éxito total.

No hay comentarios:

Publicar un comentario